Sólo
llamaba para decirte que es un domingo cualquiera, que me he tomado un par de
pares de Martinis… y que me apetece que estés aquí... hablando, riendo… sin
hora de volver a casa y despedirnos, tal vez sería hora de volver a casa y
hacernos el amor como antes… con sabor dulce de Martini, y gritos verde
aceituna, todo eso sumado a tu piel harían una mezcla empalagosa para otros…
pero a mí siempre me ha gustado el dulce.
La
cuestión es que me encantaría tenerte aquí, resolver nuestros conflictos y
librar nuestras batallas, esas que tantas lágrimas derramaron, con 3 o 4000
risas… quitándoles la importancia que no se le puede quitar, pero no sé, hoy me
apetece dejarlo todo aparte y mirarte a los ojos y ver lo que vi en su día;
aunque me da miedo volver a amarte así, como te amaba, y no como te amo ahora,
sin esa obsesión enfermiza de ser para ti más que ser para mí.
El caso…
y para resumir.
Que es
un domingo cualquiera… pero no sería cualquier domingo si te tengo al lado, o
enfrente, o debajo.
Siento
(no) haberte llamado.
Es el Martini,
que me recuerda a tus besos dulces pero que luego dejan resaca.
Y es
que esta resaca de ti no se me termina de pasar…
Será que la resaca se pasa
bebiendo o besando más y será que hace tiempo que no me besas.
Ojalá
no haberte probado nunca… O haberte probado para siempre.
Un
beso.
Click.
-Pi Pi Pi…
Pi Pi Pi-
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