lunes, 13 de mayo de 2013

Despega como puedas.


No tengo ni idea de qué es más importante,
si dejar de intentar olvidarte,
riéndose la realidad de mí,
o dejar de esperarte,
y que el corazón vuele a otra parte.


No puedo decirte si dejaré de perseguirte,
tal vez el buen día que me de cuenta,
de que aunque corra cinco pasos
mi horizonte siempre estará cinco pasos más allá.

Y si no avanzo,
y además mi horizonte corre para alejarse de mí, ¿qué puedo decir?

Si todos vuelan, 
y de fondo escucho...
"despega como puedas".

lunes, 6 de mayo de 2013

Cafés fríos.

"¿Qué ocurrió?"

Me preguntas después de varios años,
con un café cargado de recuerdos
que parece que no ves...

"Pasó que nos amamos,
hasta que una dejó de hacerlo...
hasta que a la otra dejó de importarle."

Y el café se quedó frío,
como mi mirada desde que te olvidaste
de qué ocurrió.

Y fría sigo yo,
no pensando en "qué ocurrió",
si no en lo que nunca pasó
y prometiste que pasaría.

La próxima vez que quedemos procura que sea en invierno,
para echar las culpas de que se quede frío al tiempo, 
y no a este incomodo silencio.

domingo, 5 de mayo de 2013

Al mal tiempo... buenas letras


Ahora mismo siento una calma que agradezco.

La de después de la tormenta, esa que te recuerda que diste todo y más... a pesar del chaparrón.

Incluso las lágrimas llegaron a congelarse, formando ventiscas tan terribles que creí congelarme yo.

Sin embargo ahora veo la tormenta de lejos, y ya añoraba esta aburrida paz interna.

Creo que vuelvo a ser yo, con el sol calentando mi solitario corazón... que ahora late más tranquilo.

No sé qué peso me quité de encima... puede que el de las nubes grises, cargadas de nostalgias.

Tal vez sólo sea el ojo del huracán, o tal vez sea la realidad… que el sol ha salido ya.

Si vuelve la tormenta esta vez los tendré abiertos.

¿Volverá?
Ya no sé si preguntar o afirmar. 
Y si no… ya la vi pasar.

Ahora saldrán flores en este terreno mojado que son mis mejillas.

Llegó la primavera, pero esta vez la sangre no me altera…
Ya estuvo muy agitada... revolviéndome por dentro y fuera.

Échame

Échame de tu casa,
échame de tu día a día,
échame de dónde creas 
que sobre, vida mía.

Échame de tus labios,
échame de tu tacto,
échame de tus manos,
ahora frías.

Échame del brillo de tus ojos,
échame de tu mente retorcida,
échame de la parte de ti,
que sabe qué necesita.

Pero ante todo,
Échame de menos.