Siempre
utilizaba la frase “tiempo al tiempo”, pero ahora es difícil porque he
comprendido que el tiempo no es una medida en sí, si no que la vida pone el
tic-tac de los relojes y ahora mis segundos están vacíos y parece que me he quedado
sin pilas… hasta el sol que me dice si es mediodía, atardece o amanece no está;
llueve, y por muy tópico que sea, es cierto que la lluvia crea nostalgia… ¿Pero
qué no la crea ahora mismo?
Hasta la
taza de chocolate caliente que estoy tomando me causa tristeza; no había café,
la cafetera para dos se estropeó… ¿irónico?
Irónico es
que ni siquiera tomáramos café esas mañanas y yo aun así lo eche en falta ahora
mismo.
¿Puedes
creerte que ya no sé qué echo de menos?
¿Puedes
creerte que me ha sonado rara esa frase?
“Echar de
menos”…
Como dirían
en latino América “te extraño” (porque ahora eres un extraño, algo ajeno que
desconozco)
Y aunque
desde Brasil suene mejor, sigue siendo triste… “Eu tengo saudade de vocé”
(tengo necesidad de ti)
Me
atrevería a decir que no puedo decirte esto a la cara; ninguna de esas frases,
porque no te echo de menos, pero tampoco de más, simplemente no te echo, no te
aporto, no me aportas nada más, no estás… que abstracto resulta aceptarlo.
No te
extraño y no tengo necesidad de ti.
Porque no
te he perdido, te has perdido… no sé dónde, pero lejos.
Salí a
buscarte y me perdí yo.
No te extraño y no tengo necesidad de ti.
Sin embarbo nos
echo de menos y nos extraño (que no “extrañamos”).
No hay comentarios:
Publicar un comentario