Tal vez mi problema
-o solución-
ha sido siempre
compadecerme de animales heridos,
de gente buscando principios,
de bocas sin ganas de besar.
Tal vez,
para sentirme importante,
cuando no quieran que me vaya
a ninguna otra parte
-si no es con ellos-
al menos... hasta que les da por marchar.
Y yo, sin tal vez,
vuelvo a ser la cazada y herida,
y busco la forma de quedarme dormida
en otros labios que me quieran despertar.
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